martes, 3 de junio de 2008

sociedad


Alimentación

El maíz fue la base de la alimentación de los mayas.
La base de su alimentación fue el maíz (en maya ixim) que les sirvió para hacer bebidas (como el atole), usando su pasta (nixtamal, palabra azteca para una masa de maíz hecha con cal) cocinaban alimentos como los tamales y tortillas. En cuanto a los tamales, están compuestos por una pasta de maíz que contiene una mezcla de carne, vegetales o ambos. Todo lo anterior se envuelve dentro de hojas de maíz u otra planta. Entre las técnicas gastronómicas para cocinar los alimentos predominó el pibil, que es el horneado bajo tierra.
Otros alimentos importantes fueron los derivados del cacao: de su semilla se obtiene una pasta para elaborar una bebida (chocolate o xocolatl en nahuatl) preparada con agua, pues no había ganado que pudieran dar leche. No acostumbraban beber agua sola, el agua se mezclaba con derivados del maíz, frutas y otros ingredientes.
El balché (bebida alcohólica fermentada) usado en las ceremonias se elaboraba con la corteza del árbol balché (Lonchocarpus violaceus), agua y miel. El sakab, que era también ceremonial, se elaboraba con maíz y se endulzaba con miel. De las variantes y diversas formas de preparación de las bebidas del maíz encontramos el origen del pozole, el atole y el pinole. Todas esas bebidas se tomaban en jícaras y se transportaban en guajes o calabazos (en maya chú).
Otros productos muy consumidos eran: la chaya (planta similar a la ortiga que es muy rica en vitaminas), el chicle (que se extraía del chicozapote) y la sal (que extraían del mar rudimentariamente), la calabaza (de la cual se consumían sus frutos, sus semillas ("pepitas") y su flor), el chile habanero y el frijol. La miel de abeja melipona y una extensa lista de frutas complementaban su dieta.
Por otro lado, dentro de la fauna, el pueblo maya conoció el venado, el pecarí o puerco salvaje, el tepezcuintle, el armadillo, el manatí, el conejo, el malixpec (xoloitzcuintle entre los aztecas), el tapir, el jabalí, el mono, la tuza, la tuza real, el cereque, el faisán, las palomas, el pavo de monte, el guajolote o pavo doméstico, la perdiz, la codorniz, la chachalaca, la gallinola, la gallina de monte, la iguana, el pez normal o salado, el ostión y otras aves y mamíferos que les proporcionaron su carne tanto para alimento, como para sacrificio u ofrenda ritual.

Aldeas "vivienda" [editar]
Existían casas unifamiliares donde vivían los padres y los hijos quienes adoptaban a miembros viejos o jóvenes de la familia o fuera de ella (ejemplo: Tulum). También había edificios multifamiliares habitados por personas de lazos sanguíneos comunes de elevada posición social (ejemplo: los complejos residenciales de Kohunlich). Los materiales de las casas varían de muros y techos de madera y palma a materiales resistentes como piedra y estuco. También la vivienda podía estar formada por tres estructuras principales separadas, (dormitorios, la cocina, la bodega) y podían construir otras estructuras separadas (talleres, baños saunas) (Ejemplo: Joya de Cerén).
Dormían sobre unas plataformas bajas adosadas a los muros donde colocaban colchones rellenos de algodón (las hamacas fueron una adaptación de las redes de pesca, invento de los indígenas caribes de Haití llegado a Yucatán con el arribo de los españoles). También se dormía sobre tapetes en el suelo.
Este tipo de habitaciones tenía poca ventilación y luz porque carecían de ventanas. Las habitaciones fueron usadas para dormir y guardar pertenencias; sus ocupantes trabajaban en las afueras y poseían huertos para consumo familiar.
Es necesario considerar y advertir que la gente común vivía en las denominadas palapas alrededor de las ciudades, los materiales que usaban eran renovables como la palma chit, el guano (para los techos); la madera, los bajareques, el estuco (para las paredes). En el centro de la ciudad habitaban los sacerdotes y la nobleza en los castillos, pirámides y templos ceremoniales.

Vestimenta [editar]
Gran parte de la población estaba dedicada a las jornadas agrícolas, por ello usaron ropa adecuada a las condiciones necesarias, además la indumentaria dependía del nivel social. La mayoría de la gente vestía sencillamente: las mujeres con el huipil o hipil o una falda y su manto; y los hombres con una especie de calzón llamado patí. Sin embargo, la nobleza utilizaba ricos y complicados atuendos bordados con plumas y gemas, calzaba sandalias de cuero y lucía grandes tocados de plumas, además de collares, pectorales y pesados cinturones con incrustaciones de nácar y piedras grabadas. Otras prendas comunes entre los nobles fueron las faldas, capas cortas o largas, chaquetas (generalmente de piel de jaguar o algodón), adornos de conchas, caracoles y diseños geométricos. Aparte del tocado, algunos nobles y sacerdotes llevaban enormes orejeras, narigueras, brazaletes y anillos de jade, cuarzo y oro, y se perforaba la barbilla, bajo el labio inferior, para incrustarse un besote.
Entre los accesorios había sombreros, turbantes, penachos, diademas y gorros cónicos. Por lo general el jade es muy utilizado hasta el 900 a. C. (aunque no desaparece) y posteriormente llega la joyería de oro.
Podemos imaginar, por las pinturas de Bonampak, la riqueza y suntuosidad que irradiaban estos atavíos en las ceremonias y también en las batallas, en donde los guerreros añadían al vestuario sus armas, escudos y cotas o chalecos protectores también profusa y bellamente adornados.

Antecedentes al Preclásico
Existe una gran controversia al respecto de los sucesos antecedentes del Preclásico, no existen grandes hallazgos, a excepción de las condiciones climáticas sufrieron cambios considerables lo cual fue causa de la extinción de numerosas especies animales. Por ello se dio un desplazamiento de la caza como actividad principal, y fue sustituida por la recolección de tubérculos, raíces, granos y frutas silvestres.
En toda la península de Yucatán se han encontrado restos de animales extintos y de actividad humana, como lo demuestran la utilería de la Industria de la Concepción (Campeche) y los descubrimientos de pinturas rupestres en las grutas de Loltún (Yucatán).

Preclásico maya

Período preclásico mesoamericano
También llamado Período Agrícola, existe un debate sobre los años de inicio y fin de este intervalo de tiempo, el más aceptado, en este caso para el área maya inicia aproximadamente en al año 1000 a. C. y terminaría rumbo al 320 d. C. Durante este periodo se desarrolla el idioma

maya, el pueblo maya adquiere experiencia y construye algunas grandes ciudades.

Pirámide de El Tigre, en El Mirador, ca 600 a. C.
Una teoría basada en estudios de cerámica, motiva a deducir que en el periodo preclásico la costa del Pacífico (desde el este de Oaxaca hasta El Salvador) estuvo poblada por los ancestros de los mixe, zoques y popolucas actuales (uno de los cuales es del grupo de los mayas) que hacia el 1200 a. C. emigraron hacia el Golfo de México y desarrollaron la civilización Olmeca arqueológica, de hecho la cerámica más antigua de esta región es de un estilo inconfundible llamado Ocós, originaria del Pacífico de Guatemala, pero unos 600 años más antigua que la Olmeca, (Coe y Diehl 1980; Lowe 1977).
Según otra teoría complementaria a la anterior los descendientes de los olmecas emigraron a la zona del Petén guatemalteco, donde posteriormente se mezclaron con la gente del lugar originando a los "protomayas". Existen algunos fragmentos del Chilam Balam de Chumayel donde se afirma que éstos provenían de una migración que se produjo en el núcleo original maya que ciertos arqueólogos han encontrado en la zona maya de Guatemala conocida como El Petén, cuando en el Preclásico medio se comenzaron a desarrollar ciudades monumentales, en la Cuenca del Mirador, como Nakbé, ca 1000 a. C. El Mirador, ca 600 a. C., Cival, ca 450 a. C. y San Bartolo ca 400 a. C. con sus ahora famosos murales del Preclásico, los más finos y antiguos del área Maya. Estas grandes ciudades, ya contaban con todas las características que hicieron famosos a los Mayas del periodo Clásico, y dando lugar a la duda si los Olmecas y Mayas, de hecho fueron culturas que se desarrollaron independientemente.
Posteriormente, en el Posclásico, algunos grupos emigraron del Petén rumbo al norte (Península de Yucatán) y otros se quedaron ahí, de esta manera se explica el origen de las diferentes tribus mayas (itzaes, xiús, cocomes, tzotziles, tzeltales, lacandones, entre otras), ya que cada una de ellas conservaba rasgos comunes, sólo variaban los distintos dialectos. Cuando se realizó la conquista española cada uno de estos grupos se fue adaptando al mestizaje cultural y se fue haciendo único y autónomo en sus tradiciones.

Palacio en Nakbé, ca 500 a. C.
Al paso del tiempo la gran civilización maya floreció y alcanzó auge en la zona norte del Petén, en la Cuenca del Mirador, en el corazón de la selva tropical, ahí fue su núcleo original. Algunos especulan que el pueblo maya tomó como ejemplo muchos estilos de vida de la cultura olmeca, aunque los recientes hallazgos en las ciudades del Petén, como El Mirador, Cival, etc., contradicen ésta teoría. De ésta época, datan el urbanismo y la organización estatal que se fueron desarrollando en un ambiente estable y prolongado; se adaptaron al medio ambiente en que vivían y sabían convivir con la naturaleza. Por aquello se distingue un gran respeto que ellos tenían como seres humanos hacia su entorno.
Se estima que la selva del Petén se encontraba deshabitada al inicio del tercer milenio antes de Cristo, cuando los primeros agricultores construyeron sus chozas a orillas del río de la Pasión y Cuenca del Mirador, demostrada por muestras de polen de maíz, que datan ca 2750 a. C. en lagos de la Cuenca del Mirador, éstos se empezaron a relacionar con la población de los Altos y la costa Pacífica de Guatemala en sitios como Abaj Takalik ca 1000 a. C. y Kaminaljuyú ca 800 a. C., y El Salvador ca 900 a. C., así como con la de la costa del golfo de México. Hacia el año 1000 a. C. la población en expansión se extendió por toda esta zona central iniciándose el proceso de urbanización, el empleo de sistemas agrícolas más complejos y una organización política más avanzada, capaz de controlar la creciente población y con una jerarquización interna, en la que nobles y sacerdotes iban ocupando los puestos de autoridad. Se inicia una división del trabajo con la diversificación de ocupaciones: agricultura, caza, pesca, recolección, alfarería, industria lítica, industria textil, comercio y culto religioso.
El trabajo de la tierra dio prioridad al cultivo del maíz, el frijol, el cacao y la calabaza, en tanto la caza, la pesca y la recolección quedaron como actividades complementarias; por eso a este periodo se le conoce también como agrícola. En él se va desarrollando una religión sencilla con la creencia en una vida ultra terrena y el culto a los muertos.
La evidencia arqueológica muestra que los mayas comenzaron a edificar una arquitectura ceremonial hace unos 3.000 años. Hay un desacuerdo entre los límites y la diferencia entre los mayas antiguos y una civilización mesoamericana preclásica vecina, la cultura olmeca. Los olmecas y los mayas antiguos parecen haberse influenciado entre sí. Los monumentos más antiguos consisten en simples montículos de tumbas, los precursores de las pirámides se erigieron más tarde.
De modo gradual, la influencia de la cultura olmeca dejó de ser tan grande como había sido durante el período Preclásico Medio. Hacia el siglo III a. C. había cesado definitivamente. Sin embargo, muchos pueblos de toda el área mesoamericana habían absorbido algunos de sus rasgos principales (culto a los muertos, arquitectura y escultura monumentales, el culto a las divinidades del agua y el fuego...). Para el Preclásico Tardío, en toda Mesoamérica surgieron tradiciones culturales regionales, que fueron construidas sobre la base del legado olmeca. Los mayas tomaron de ese pueblo la escritura, el sistema de numeración y la Cuenta Larga, y muchas otras cosas. La cultura maya, propiamente dicha, no surgió sino hasta el primer siglo de la era cristiana, más o menos contemporánea al desarrollo de Teotihuacan.
Del período Preclásico Tardío se han detectado numerosos asentamientos humanos entre los cuales se encuentran Santa Marta (Chiapas), donde se constata una temprana ocupación en labores de cerámica y cultivo de maíz, fechada con el año 1320 a. C.; Chiapa de Corzo, Tonalá, Padre Piedra, e Izapa, con influencia olmeca; Edzná, Xicalango, Tixchel y Santa Rosa Xtampak (Campeche); Yaxuná, Acanceh, Dzibilchaltún (Yucatán); El Trapiche, Casa Blanca, Laguna Cuzcachapa, Las Victorias y Bolinas (Chalchuapa); Kaminaljuyú en el sur de Guatemala. Los pobladores de este último asentamiento controlaron las relaciones comerciales de la zona con el resto de Mesoamérica hasta que fueron invadidos hacia el año 400 d. C., por guerreros provenientes del centro de México, de la poderosa ciudad de Teotihuacan, cuya influencia militar y cultural se dejó sentir desde entonces en todo el ámbito maya.

Período Clásico [editar]
Artículo principal: Período clásico mesoamericano

Estela de Copán según un grabado de Frederick Catherwood, 1839.
También llamado Periodo Teocrático, abarca desde los años 320 a 987 dC aproximadamente. Recibe este nombre porque en un principio se creyó que fue el grupo sacerdotal el que detentó el poder político y que toda la vida económica, social y cultural se desarrolló en torno a la religión.
Los grupos sacerdotales, tuvieron gran importancia en el gobierno de los Estados mayas del Clásico; a pesar de eso, nunca fueron dirigentes. Existía una clase noble y en todo caso, eran los guerreros quienes concentraban el poder. La imagen de los mayas como una sociedad gobernada por sacerdotes fue derribada cuando se descubrió que las ciudades estaban en permanente guerra unas con otras.
Se incrementó notablemente la agricultura como actividad económica básica, la cual era practicada por grandes contingentes de labradores, propiciando una compleja división del trabajo y en consecuencia una fuerte estratificación social.
Las zonas arqueológicas más conocidas de este periodo son: Tikal, Uaxactún, Piedras Negras, Cancuén, Caracol, Yaxhá, Naranjo, Xultún, Río Azul, Naachtún, Dos Pilas, Machaquilá, Aguateca, Palenque, Yaxchilán, Kankí,Bonampak, Quiriguá , Tulum, Edzná, Oxquintok, Ceibal, Xamantún, Copán, San Andrés, Yaaxcanah, Cobá, El Cedral, Ichpaatún, Kantunilkín, Kuc (Chancah), Kucican, Tazumal, Las Moras, Mario Ancona, Muyil, Oxlakmul, Oxtancah, Oxhindzonot, Pasión de Cristo, Río Indio, San Antonio III, Nohkuo Punta Pájaros, San Manuel, San Miguel, Punta Molas, Tamalcab, Templo de las Higueras, Tupack, Xlahpak, Tzibanché y Kohunlich.

Cobá.
Los dos principales centros de la zona del Petén son Uaxactún y Tikal . Uaxactún (600 AC al 889 DC), localizado a 25 kilómetros al norte de Tikal (Guatemala), tiene el templo maya más antiguo que se conoce en la región, y es el primer lugar en donde se observó la existencia de la bóveda falsa. Tikal (800 AC-869 DC), enclavado en el corazón de la selva muestra una gran influencia teotihuacana y llegó a poseer 100 mil habitantes en su momento culminante, siendo la ciudad más grande de América en el Clásico Tardío. Este centro dependía de una complicada red comercial y se encontraba enclavado en un lugar estratégico, entre dos sistemas fluviales que iban al Golfo de México y al mar Caribe.
Copán, en Honduras, cuyo esplendor se dio hacia el año 736 d. C., fue el centro científico del mundo maya, en donde la astronomía se perfeccionó al punto de determinar la duración del año tropical, de crear las tablas de eclipses y de idear una fórmula para ajustar el calendario, más exacta que la usada en la actualidad. Sobre su arte, Eric Wolf en la obra Pueblos y culturas de Mesoamérica menciona:
"Al mismo tiempo se dieron a conocer expresiones artísticas nuevas, nuevos símbolos de poder, que provenían del exterior de la zona maya, y se extendieron en toda esta región; como los tocados ceremoniales guarnecidos, las sandalias orladas, los brazaletes, las plumas ensartadas y el cetro de [manikin]. En Copán se encuentran numerosas representaciones del Tláloc mexicano. ¿Se trataría de un movimiento de consolidación política que tuvo su origen fuera de la zona maya aun cuando hecho uso de las formas mayas tradicionales?..."
Eric WolfGGC11C
De este período datan también las ciudades de Calakmul en Campeche, donde se han encontrado más de 100 estelas, y Cobá en Quintana Roo, que floreció en 623 d. C. y constituye el centro teocrático más antiguo del noreste de la península de Yucatán.
Cobá, situada a orillas de cinco lagos, entre los cuales los más importantes son Cobá y Macanxoc, se desarrolló a principios de nuestra era. Constituía un asentamiento humano pequeño, con una organización social de tipo aldeano y cuya actividad principal era la agricultura. Conforme la población fue creciendo, entre los años 400 y 1000 de nuestra era, Cobá aumentó su poder económico y político, llegando a convertirse en un importante centro ceremonial. El arqueólogo Antonio Benavides lo describe así en su artículo "Cobá":
"En Cobá y sus alrededores vivían miles de personas, la mayoría en casas precarias con cimientos de piedra; paredes de lodo y techos de hoja de palma. En el centro de la ciudad, cerca de los templos, de los edificios públicos y de los juegos de pelota, habitaban los gobernantes en casas grandes de piedra decoradas con figuras de estuco. También había amplias plazas en las que se reunía la gente los días de mercado o cuando había alguna celebración pública. La vida en Cobá era muy parecida a la de otras grandes urbes prehispánicas como Teotihuacan y Cholula en el altiplano central o como Monte Albán y el Tajín. Existía un sistema de gobierno con grandes diferencias sociales. Un grupo minoritario formado por sacerdotes, dirigentes y guerreros de alto rango organizaba y controlaba la mayor parte de las actividades (religión, economía, política, educación, etc.) de una gran población de tal manera que los bienes y servicios eran mayormente disfrutados por ellos."
Antonio Benavides#GGC11C
Este importante centro cubría una extensión total de 100 km² y su núcleo unos dos km²; se encontraba comunicado con la región por medio una serie de caminos que tenían por objetivo asegurar el control económico y político del territorio, además de ser excelentes medios de comunicación. Los caminos se empezaron a construir entre los años 600 y 800 dC aproximadamente. Es también la época en la que se esculpen numerosas estelas y en que el crecimiento urbano se aprecia en la construcción —aparte del núcleo— de tres grupos de edificios ceremoniales: Nohoch Mul, Chumuc Mul y Macanxoc. La población alcanzaba entonces los 70 mil habitantes, y hacia el año 1000 controlaba la ruta comercial de la costa oriental y del centro y norte de la península de Yucatán.
Cobá, sin embargo, no se encontraba en la costa, sino en el interior, a unos 50 km al noreste de Tulum. Necesitaba controlar, abastecer y proteger un puerto localizado sobre la ruta comercial hacia Honduras, y por medio del puerto de Xel-Há descrito así por el arqueólogo Fernando Robles en su trabajo "Xel-Há, puerto de Cobá":
"Xel-Há se hallaba en un punto crítico de la ruta comercial, ya que en ella convergían las partes terrestre y marítima de la misma. A Xel-Há llegaban por la vía marina las mercancías procedentes de Petén y Belice y, por el otro lado, aquellas del noroccidente de Yucatán vía Cobá. Esta posición de zona transitoria, aunada a sus cualidades geográficas (la caleta, su situación geográfica en la península, etc.), debieron haber hecho de Xel-Há una especie de 'puerto libre' [...] Por las evidencias arqueológicas que contamos, así como por sus cualidades morfológicas y geográficas, suponemos que Xel-Há debió haber jugado un papel, si no igual, sí semejante al de un puerto de comercio suscrito al emporio comercial de Cobá".
Fernando Robles#GGC11C

Pirámide en Yaxchilan.
La civilización maya, tuvo centros como Palenque, enclavado en la selva de Chiapas, que llegó a su máximo esplendor entre los años 695 y 799 dC, al igual que los centros de Yaxchilán, Bonampak y Piedras Negras. Es en esta región donde encontramos los primeros indicios de la existencia de la guerra entre los mayas: hay representaciones que hablan de guerreros, batallas e incursiones para capturar prisioneros. Becán, situada en Campeche, es un ejemplo de ciudad maya fortificada y rodeada por un foso seco.
Antes de finalizar con el periodo teocrático es importante resaltar la relación tan estrecha y duradera que había entre la región maya y el Centro de México, especialmente con Teotihuacan, de los siglos V a VII. Teotihuacan controló los centros mayas de este periodo a través de la guerra y del dominio político, pero sobre todo mediante las influencias culturales y el acceso a una serie de recursos naturales, como el cacao, que eran mercancías básicas dentro de las redes comerciales. Inicialmente se dedujo que la cultura maya absorbió la influencia teotihuacana y continuó su propio desarrollo. Posteriormente se analizaron las evidencias encontradas en Tikal y en Kaminaljuyú donde algunos edificios y estelas sugieren actividad bélica entre teotihuacanos y mayas, demostrando el poder que los guerreros sustentaban en este periodo.
Podemos afirmar que la desintegración tan dramática como incomprensible de estos poderosos centros ceremoniales podría estar íntimamente ligada a la caída de la propia Tehotihuacan.
Se han manejado muchas hipótesis acerca de la decadencia y desaparición de los centros mayas teocráticos, cuyo orden se resquebrajó entre los años 750 y 900. Una teoría nos habla del colapso ecológico que sufrió la región a raíz de la destrucción de la selva por los sistemas agrícolas que los mayas empleaban, mientras que otra pone el acento en un crecimiento desmedido de la población, que empezó a ejercer demasiada presión sobre la tierra y la producción de alimentos. Estas hipótesis son probablemente ciertas, aunque no bastan para explicar la decadencia de los centros teocráticos.
A ellas quizá se aunaron las contradicciones internas de la sociedad teocrática. En ella el poder y la autoridad estaban en manos de un grupo de nobles y sacerdotes que imponían al pueblo fuertes cargas tributarias en trabajo y especie. Así, ese pueblo pudo haberse levantado en una sangrienta rebelión, o bien emigrar en masa hacia otras tierras. A todo esto se une el hecho de que Teotihuacan, saqueada y reducida a cenizas por fuerzas desconocidas entre 700 y 750 dejó de mostrar su influencia en el área maya. Su prosperidad económica y cultural se detuvo bruscamente para dar paso a Xochicalco, y posteriormente a los toltecas, en el dominio del Valle de México. Cien años después de la destrucción de Teotihuacan, los centros mayas entraron en crisis, se despoblaron, y sus ciudades fueron invadidas por la selva.

Período Posclásico [editar]
Artículo principal: Período posclásico mesoamericano

Kukulkán es el nombre Maya de Quetzalcóatl, personaje importante en el Período Posclásico de los mayas. Aquí lo vemos en un dibujo de un bajorrelieve de Yaxchilán.
Abarca los años 1000-1687 dC Una vez abandonados los centros ceremoniales mayas del periodo clásico, la fuerza generadora de esta época va a ser una corriente migratoria identificada étnicamente con los mayas arraigados en la región, que traía consigo una cultura mestizada de fuerte contenido náhuatl.
Esta corriente llamada putún o maya-chontal habitaba en el sur de Tabasco y tenía estrechas relaciones comerciales con los pueblos del centro de México y con los grupos nahuas establecidos en la periferia de la región maya, por ejemplo en Xicalango. Su presencia habría de romper con el precario equilibrio en el que trataba de mantenerse el mundo teocrático, y fueron los putunes los que aprovecharon la caída de este orden para introducir una nueva forma de vida y de dominio sobre la región.
El territorio del que provenían los putunes era el delta de los ríos Usumacinta y Grijalva, una región de ríos, riachuelos, lagunas y pantanos en donde predominaba el transporte acuático. Esto hizo de los putunes unos excelentes navegantes y mercaderes, que controlaban las rutas marítimas comerciales alrededor de la península de Yucatán, desde la Laguna de Términos en Campeche hasta el centro de Sula en Honduras.
Los putunes se establecieron al sur del río de la Pasión y llamaron a su tierra Acalán ("lugar de canoas"). Fundaron dos poblaciones principales: Potonchan (Putunchan), situada en la desembocadura del río Champotón, e Itzamkanac, junto al actual río de la Candelaria que desemboca en la laguna de Términos. Itzamkanac era la capital de Acalán, pero tal vez fuera Potonchán la primera población. En efecto, ésta dominaba el comercio relacionándose con los zoques y con los habitantes de las tierras altas de Chiapas. En cambio, Itzamkanac estaba ubicada demasiado río arriba para llegar a ser un importante puerto de intercambio. De ahí que Xicalango, el gran centro comercial situado en la laguna de Términos y controlado por Itzamkanac, supliera esta función.
Establecieron numerosos puertos en esas rutas, entre los que destacan Cozumel, Xel-Há, Bahía de la Ascención y Polé (la actual Xcaret), en Quintana Roo, que fueron dominados por una rama de los putunes, a quienes se conoce como itzaes ("aquellos que hablan la lengua entrecortadamente").
Desde Polé los itzaes penetraron tierra adentro para conquistar Chichén en 918, y desde entonces tomo el nombre de Chichén-Itzá. Hacia el 950, dominaban toda la región oriental hasta Bakhalal (Bakalar) y Chactemal (Chetumal). Una vez controlada la zona, esta rama itzá de los putunes estableció comunicación con sus vecinos mexicanos del sur de Campeche. Se supone que los itzaes, —quienes hablaban tanto el chontal como el náhuatl y habían absorbido profundas influencias del centro de México— recibieron a Quetzalcóatl, llamado en maya Kukulkán. Éste había huido de Tula y se alió con los chontales para conquistar Chichén Itzá en 987. De esta época datan las influencias toltecas en el arte y la arquitectura mayas.
Es conveniente recalcar que autores como Enrique Florescano, Leonardo López Luján y Alfredo López Austin, ponen en duda que el Quetzalcóatl histórico haya llegado a Yucatán. En primer lugar, porque las fechas no coinciden. En segundo, porque similares argumentos presentaban los nobles mixtecos, tarascos y más tarde los mexicas para legitimar su posición en la estructura social. Tanto el mito Tollan y la de la huida de Quetzalcóatl, como las expresiones artísticas y la vocación eminentemente guerrera de las sociedades mesoamericanas del período Posclásico Temprano forman parte de un complejo muy extendido por toda la región en ese tiempo.
Hacia el año 1000, Chichén Itzá formó una alianza con los cocomes de Mayapán y los xiu de Uxmal. Dicha alianza es conocida con el nombre de Confederación o Liga de Mayapán, rota en 1194 por Hunacc Ceel, líder de los cocomes. Las hostilidades desembocaron en la derrota tanto de los itzaes como de los xiu. El auge de Chichén-Itzá y de sus gobernantes maya-toltecas terminó en caos hacia fines del siglo XIII. Los itzaes abandonaron su ciudad y se dirigieron a las selvas desiertas del Petén. Allí, en el lago Petén-Itzá, fundaron una nueva población localizada en la isla de Tayasal.
La supremacía de Mayapán llegó a su fin hacia 1441, cuando el líder xiu de Uxmal, Ah Xupan Xiu, la destruyó masacrando a la familia real cocom. Durante su apogeo, Mayapán llegó a tener hasta 12 mil habitantes. Era una ciudad fortificada, rodeada de una muralla de piedra. Se pueden ver en su arquitectura claras influencias toltecas.
En el este de la península, según señala Eric J. Thompson en su libro Los habitantes de la costa oriental de la península de Yucatán:
"Los putunes conservaron en su poder la región de Bakhalal y Chetumal durante el periodo de dominación de Mayapán [...] en la provincia de Uaymil se hablaba un dialecto parecido al campechano y, naturalmente los documentos de Paxbolón con su afirmación de que Chetumal pagaba tributo a los putunes acalanes."
Eric J. Thompson#GGC11C
Las crónicas mayas establecen claramente que los putunes conservaron su poder sobre la región de Bakhalal y Chactemal durante el periodo de la dominación de Mayapán (1200-1480) pero ni por eso abandonaron el dominio de su antiguo territorio al sur de Tabasco, sino que hicieron constantes viajes de ida y vuelta a Potonchán.
A la caída de Mayapán, la península de Yucatán se dividió en 16 pequeños estados, cacicazgos o provincias, cada uno con su propio gobernante. Entre estos cacicazgos existían rivalidades y guerras constantes, herencia de las luchas sin tregua entre los xiu y los cocomes. Esa era la situación reinante a la llegada de los primeros españoles.
En el Petén, Tayasal de los Itzaes, Zacpetén de los Ko'woj y Queixil de los Yalnain, fueron las últimas ciudades Mayas y mesoamericanas en ser conquistadas, en el 1697 DC, después de varios intentos fallidos, incluyendo unos de Hernán Cortés en 1542.







Antecedentes al Preclásico [editar]
Existe una gran controversia al respecto de los sucesos antecedentes del Preclásico, no existen grandes hallazgos, a excepción de las condiciones climáticas sufrieron cambios considerables lo cual fue causa de la extinción de numerosas especies animales. Por ello se dio un desplazamiento de la caza como actividad principal, y fue sustituida por la recolección de tubérculos, raíces, granos y frutas silvestres.
En toda la península de Yucatán se han encontrado restos de animales extintos y de actividad humana, como lo demuestran la utilería de la Industria de la Concepción (Campeche) y los descubrimientos de pinturas rupestres en las grutas de Loltún (Yucatán).

Preclásico maya [editar]
Artículo principal: Período preclásico mesoamericano
También llamado Período Agrícola, existe un debate sobre los años de inicio y fin de este intervalo de tiempo, el más aceptado, en este caso para el área maya inicia aproximadamente en al año 1000 a. C. y terminaría rumbo al 320 d. C. Durante este periodo se desarrolla el idioma maya, el pueblo maya adquiere experiencia y construye algunas grandes ciudades.

Pirámide de El Tigre, en El Mirador, ca 600 a. C.
Una teoría basada en estudios de cerámica, motiva a deducir que en el periodo preclásico la costa del Pacífico (desde el este de Oaxaca hasta El Salvador) estuvo poblada por los ancestros de los mixe, zoques y popolucas actuales (uno de los cuales es del grupo de los mayas) que hacia el 1200 a. C. emigraron hacia el Golfo de México y desarrollaron la civilización Olmeca arqueológica, de hecho la cerámica más antigua de esta región es de un estilo inconfundible llamado Ocós, originaria del Pacífico de Guatemala, pero unos 600 años más antigua que la Olmeca, (Coe y Diehl 1980; Lowe 1977).
Según otra teoría complementaria a la anterior los descendientes de los olmecas emigraron a la zona del Petén guatemalteco, donde posteriormente se mezclaron con la gente del lugar originando a los "protomayas". Existen algunos fragmentos del Chilam Balam de Chumayel donde se afirma que éstos provenían de una migración que se produjo en el núcleo original maya que ciertos arqueólogos han encontrado en la zona maya de Guatemala conocida como El Petén, cuando en el Preclásico medio se comenzaron a desarrollar ciudades monumentales, en la Cuenca del Mirador, como Nakbé, ca 1000 a. C. El Mirador, ca 600 a. C., Cival, ca 450 a. C. y San Bartolo ca 400 a. C. con sus ahora famosos murales del Preclásico, los más finos y antiguos del área Maya. Estas grandes ciudades, ya contaban con todas las características que hicieron famosos a los Mayas del periodo Clásico, y dando lugar a la duda si los Olmecas y Mayas, de hecho fueron culturas que se desarrollaron independientemente.
Posteriormente, en el Posclásico, algunos grupos emigraron del Petén rumbo al norte (Península de Yucatán) y otros se quedaron ahí, de esta manera se explica el origen de las diferentes tribus mayas (itzaes, xiús, cocomes, tzotziles, tzeltales, lacandones, entre otras), ya que cada una de ellas conservaba rasgos comunes, sólo variaban los distintos dialectos. Cuando se realizó la conquista española cada uno de estos grupos se fue adaptando al mestizaje cultural y se fue haciendo único y autónomo en sus tradiciones.

Palacio en Nakbé, ca 500 a. C.
Al paso del tiempo la gran civilización maya floreció y alcanzó auge en la zona norte del Petén, en la Cuenca del Mirador, en el corazón de la selva tropical, ahí fue su núcleo original. Algunos especulan que el pueblo maya tomó como ejemplo muchos estilos de vida de la cultura olmeca, aunque los recientes hallazgos en las ciudades del Petén, como El Mirador, Cival, etc., contradicen ésta teoría. De ésta época, datan el urbanismo y la organización estatal que se fueron desarrollando en un ambiente estable y prolongado; se adaptaron al medio ambiente en que vivían y sabían convivir con la naturaleza. Por aquello se distingue un gran respeto que ellos tenían como seres humanos hacia su entorno.
Se estima que la selva del Petén se encontraba deshabitada al inicio del tercer milenio antes de Cristo, cuando los primeros agricultores construyeron sus chozas a orillas del río de la Pasión y Cuenca del Mirador, demostrada por muestras de polen de maíz, que datan ca 2750 a. C. en lagos de la Cuenca del Mirador, éstos se empezaron a relacionar con la población de los Altos y la costa Pacífica de Guatemala en sitios como Abaj Takalik ca 1000 a. C. y Kaminaljuyú ca 800 a. C., y El Salvador ca 900 a. C., así como con la de la costa del golfo de México. Hacia el año 1000 a. C. la población en expansión se extendió por toda esta zona central iniciándose el proceso de urbanización, el empleo de sistemas agrícolas más complejos y una organización política más avanzada, capaz de controlar la creciente población y con una jerarquización interna, en la que nobles y sacerdotes iban ocupando los puestos de autoridad. Se inicia una división del trabajo con la diversificación de ocupaciones: agricultura, caza, pesca, recolección, alfarería, industria lítica, industria textil, comercio y culto religioso.
El trabajo de la tierra dio prioridad al cultivo del maíz, el frijol, el cacao y la calabaza, en tanto la caza, la pesca y la recolección quedaron como actividades complementarias; por eso a este periodo se le conoce también como agrícola. En él se va desarrollando una religión sencilla con la creencia en una vida ultra terrena y el culto a los muertos.
La evidencia arqueológica muestra que los mayas comenzaron a edificar una arquitectura ceremonial hace unos 3.000 años. Hay un desacuerdo entre los límites y la diferencia entre los mayas antiguos y una civilización mesoamericana preclásica vecina, la cultura olmeca. Los olmecas y los mayas antiguos parecen haberse influenciado entre sí. Los monumentos más antiguos consisten en simples montículos de tumbas, los precursores de las pirámides se erigieron más tarde.
De modo gradual, la influencia de la cultura olmeca dejó de ser tan grande como había sido durante el período Preclásico Medio. Hacia el siglo III a. C. había cesado definitivamente. Sin embargo, muchos pueblos de toda el área mesoamericana habían absorbido algunos de sus rasgos principales (culto a los muertos, arquitectura y escultura monumentales, el culto a las divinidades del agua y el fuego...). Para el Preclásico Tardío, en toda Mesoamérica surgieron tradiciones culturales regionales, que fueron construidas sobre la base del legado olmeca. Los mayas tomaron de ese pueblo la escritura, el sistema de numeración y la Cuenta Larga, y muchas otras cosas. La cultura maya, propiamente dicha, no surgió sino hasta el primer siglo de la era cristiana, más o menos contemporánea al desarrollo de Teotihuacan.
Del período Preclásico Tardío se han detectado numerosos asentamientos humanos entre los cuales se encuentran Santa Marta (Chiapas), donde se constata una temprana ocupación en labores de cerámica y cultivo de maíz, fechada con el año 1320 a. C.; Chiapa de Corzo, Tonalá, Padre Piedra, e Izapa, con influencia olmeca; Edzná, Xicalango, Tixchel y Santa Rosa Xtampak (Campeche); Yaxuná, Acanceh, Dzibilchaltún (Yucatán); El Trapiche, Casa Blanca, Laguna Cuzcachapa, Las Victorias y Bolinas (Chalchuapa); Kaminaljuyú en el sur de Guatemala. Los pobladores de este último asentamiento controlaron las relaciones comerciales de la zona con el resto de Mesoamérica hasta que fueron invadidos hacia el año 400 d. C., por guerreros provenientes del centro de México, de la poderosa ciudad de Teotihuacan, cuya influencia militar y cultural se dejó sentir desde entonces en todo el ámbito maya.

Período Clásico [editar]
Artículo principal: Período clásico mesoamericano

Estela de Copán según un grabado de Frederick Catherwood, 1839.
También llamado Periodo Teocrático, abarca desde los años 320 a 987 dC aproximadamente. Recibe este nombre porque en un principio se creyó que fue el grupo sacerdotal el que detentó el poder político y que toda la vida económica, social y cultural se desarrolló en torno a la religión.
Los grupos sacerdotales, tuvieron gran importancia en el gobierno de los Estados mayas del Clásico; a pesar de eso, nunca fueron dirigentes. Existía una clase noble y en todo caso, eran los guerreros quienes concentraban el poder. La imagen de los mayas como una sociedad gobernada por sacerdotes fue derribada cuando se descubrió que las ciudades estaban en permanente guerra unas con otras.
Se incrementó notablemente la agricultura como actividad económica básica, la cual era practicada por grandes contingentes de labradores, propiciando una compleja división del trabajo y en consecuencia una fuerte estratificación social.
Las zonas arqueológicas más conocidas de este periodo son: Tikal, Uaxactún, Piedras Negras, Cancuén, Caracol, Yaxhá, Naranjo, Xultún, Río Azul, Naachtún, Dos Pilas, Machaquilá, Aguateca, Palenque, Yaxchilán, Kankí,Bonampak, Quiriguá , Tulum, Edzná, Oxquintok, Ceibal, Xamantún, Copán, San Andrés, Yaaxcanah, Cobá, El Cedral, Ichpaatún, Kantunilkín, Kuc (Chancah), Kucican, Tazumal, Las Moras, Mario Ancona, Muyil, Oxlakmul, Oxtancah, Oxhindzonot, Pasión de Cristo, Río Indio, San Antonio III, Nohkuo Punta Pájaros, San Manuel, San Miguel, Punta Molas, Tamalcab, Templo de las Higueras, Tupack, Xlahpak, Tzibanché y Kohunlich.

Cobá.
Los dos principales centros de la zona del Petén son Uaxactún y Tikal . Uaxactún (600 AC al 889 DC), localizado a 25 kilómetros al norte de Tikal (Guatemala), tiene el templo maya más antiguo que se conoce en la región, y es el primer lugar en donde se observó la existencia de la bóveda falsa. Tikal (800 AC-869 DC), enclavado en el corazón de la selva muestra una gran influencia teotihuacana y llegó a poseer 100 mil habitantes en su momento culminante, siendo la ciudad más grande de América en el Clásico Tardío. Este centro dependía de una complicada red comercial y se encontraba enclavado en un lugar estratégico, entre dos sistemas fluviales que iban al Golfo de México y al mar Caribe.
Copán, en Honduras, cuyo esplendor se dio hacia el año 736 d. C., fue el centro científico del mundo maya, en donde la astronomía se perfeccionó al punto de determinar la duración del año tropical, de crear las tablas de eclipses y de idear una fórmula para ajustar el calendario, más exacta que la usada en la actualidad. Sobre su arte, Eric Wolf en la obra Pueblos y culturas de Mesoamérica menciona:
"Al mismo tiempo se dieron a conocer expresiones artísticas nuevas, nuevos símbolos de poder, que provenían del exterior de la zona maya, y se extendieron en toda esta región; como los tocados ceremoniales guarnecidos, las sandalias orladas, los brazaletes, las plumas ensartadas y el cetro de [manikin]. En Copán se encuentran numerosas representaciones del Tláloc mexicano. ¿Se trataría de un movimiento de consolidación política que tuvo su origen fuera de la zona maya aun cuando hecho uso de las formas mayas tradicionales?..."
Eric WolfGGC11C
De este período datan también las ciudades de Calakmul en Campeche, donde se han encontrado más de 100 estelas, y Cobá en Quintana Roo, que floreció en 623 d. C. y constituye el centro teocrático más antiguo del noreste de la península de Yucatán.
Cobá, situada a orillas de cinco lagos, entre los cuales los más importantes son Cobá y Macanxoc, se desarrolló a principios de nuestra era. Constituía un asentamiento humano pequeño, con una organización social de tipo aldeano y cuya actividad principal era la agricultura. Conforme la población fue creciendo, entre los años 400 y 1000 de nuestra era, Cobá aumentó su poder económico y político, llegando a convertirse en un importante centro ceremonial. El arqueólogo Antonio Benavides lo describe así en su artículo "Cobá":
"En Cobá y sus alrededores vivían miles de personas, la mayoría en casas precarias con cimientos de piedra; paredes de lodo y techos de hoja de palma. En el centro de la ciudad, cerca de los templos, de los edificios públicos y de los juegos de pelota, habitaban los gobernantes en casas grandes de piedra decoradas con figuras de estuco. También había amplias plazas en las que se reunía la gente los días de mercado o cuando había alguna celebración pública. La vida en Cobá era muy parecida a la de otras grandes urbes prehispánicas como Teotihuacan y Cholula en el altiplano central o como Monte Albán y el Tajín. Existía un sistema de gobierno con grandes diferencias sociales. Un grupo minoritario formado por sacerdotes, dirigentes y guerreros de alto rango organizaba y controlaba la mayor parte de las actividades (religión, economía, política, educación, etc.) de una gran población de tal manera que los bienes y servicios eran mayormente disfrutados por ellos."
Antonio Benavides#GGC11C
Este importante centro cubría una extensión total de 100 km² y su núcleo unos dos km²; se encontraba comunicado con la región por medio una serie de caminos que tenían por objetivo asegurar el control económico y político del territorio, además de ser excelentes medios de comunicación. Los caminos se empezaron a construir entre los años 600 y 800 dC aproximadamente. Es también la época en la que se esculpen numerosas estelas y en que el crecimiento urbano se aprecia en la construcción —aparte del núcleo— de tres grupos de edificios ceremoniales: Nohoch Mul, Chumuc Mul y Macanxoc. La población alcanzaba entonces los 70 mil habitantes, y hacia el año 1000 controlaba la ruta comercial de la costa oriental y del centro y norte de la península de Yucatán.
Cobá, sin embargo, no se encontraba en la costa, sino en el interior, a unos 50 km al noreste de Tulum. Necesitaba controlar, abastecer y proteger un puerto localizado sobre la ruta comercial hacia Honduras, y por medio del puerto de Xel-Há descrito así por el arqueólogo Fernando Robles en su trabajo "Xel-Há, puerto de Cobá":
"Xel-Há se hallaba en un punto crítico de la ruta comercial, ya que en ella convergían las partes terrestre y marítima de la misma. A Xel-Há llegaban por la vía marina las mercancías procedentes de Petén y Belice y, por el otro lado, aquellas del noroccidente de Yucatán vía Cobá. Esta posición de zona transitoria, aunada a sus cualidades geográficas (la caleta, su situación geográfica en la península, etc.), debieron haber hecho de Xel-Há una especie de 'puerto libre' [...] Por las evidencias arqueológicas que contamos, así como por sus cualidades morfológicas y geográficas, suponemos que Xel-Há debió haber jugado un papel, si no igual, sí semejante al de un puerto de comercio suscrito al emporio comercial de Cobá".
Fernando Robles#GGC11C

Pirámide en Yaxchilan.
La civilización maya, tuvo centros como Palenque, enclavado en la selva de Chiapas, que llegó a su máximo esplendor entre los años 695 y 799 dC, al igual que los centros de Yaxchilán, Bonampak y Piedras Negras. Es en esta región donde encontramos los primeros indicios de la existencia de la guerra entre los mayas: hay representaciones que hablan de guerreros, batallas e incursiones para capturar prisioneros. Becán, situada en Campeche, es un ejemplo de ciudad maya fortificada y rodeada por un foso seco.
Antes de finalizar con el periodo teocrático es importante resaltar la relación tan estrecha y duradera que había entre la región maya y el Centro de México, especialmente con Teotihuacan, de los siglos V a VII. Teotihuacan controló los centros mayas de este periodo a través de la guerra y del dominio político, pero sobre todo mediante las influencias culturales y el acceso a una serie de recursos naturales, como el cacao, que eran mercancías básicas dentro de las redes comerciales. Inicialmente se dedujo que la cultura maya absorbió la influencia teotihuacana y continuó su propio desarrollo. Posteriormente se analizaron las evidencias encontradas en Tikal y en Kaminaljuyú donde algunos edificios y estelas sugieren actividad bélica entre teotihuacanos y mayas, demostrando el poder que los guerreros sustentaban en este periodo.
Podemos afirmar que la desintegración tan dramática como incomprensible de estos poderosos centros ceremoniales podría estar íntimamente ligada a la caída de la propia Tehotihuacan.
Se han manejado muchas hipótesis acerca de la decadencia y desaparición de los centros mayas teocráticos, cuyo orden se resquebrajó entre los años 750 y 900. Una teoría nos habla del colapso ecológico que sufrió la región a raíz de la destrucción de la selva por los sistemas agrícolas que los mayas empleaban, mientras que otra pone el acento en un crecimiento desmedido de la población, que empezó a ejercer demasiada presión sobre la tierra y la producción de alimentos. Estas hipótesis son probablemente ciertas, aunque no bastan para explicar la decadencia de los centros teocráticos.
A ellas quizá se aunaron las contradicciones internas de la sociedad teocrática. En ella el poder y la autoridad estaban en manos de un grupo de nobles y sacerdotes que imponían al pueblo fuertes cargas tributarias en trabajo y especie. Así, ese pueblo pudo haberse levantado en una sangrienta rebelión, o bien emigrar en masa hacia otras tierras. A todo esto se une el hecho de que Teotihuacan, saqueada y reducida a cenizas por fuerzas desconocidas entre 700 y 750 dejó de mostrar su influencia en el área maya. Su prosperidad económica y cultural se detuvo bruscamente para dar paso a Xochicalco, y posteriormente a los toltecas, en el dominio del Valle de México. Cien años después de la destrucción de Teotihuacan, los centros mayas entraron en crisis, se despoblaron, y sus ciudades fueron invadidas por la selva.

Período Posclásico [editar]
Artículo principal: Período posclásico mesoamericano

Kukulkán es el nombre Maya de Quetzalcóatl, personaje importante en el Período Posclásico de los mayas. Aquí lo vemos en un dibujo de un bajorrelieve de Yaxchilán.
Abarca los años 1000-1687 dC Una vez abandonados los centros ceremoniales mayas del periodo clásico, la fuerza generadora de esta época va a ser una corriente migratoria identificada étnicamente con los mayas arraigados en la región, que traía consigo una cultura mestizada de fuerte contenido náhuatl.
Esta corriente llamada putún o maya-chontal habitaba en el sur de Tabasco y tenía estrechas relaciones comerciales con los pueblos del centro de México y con los grupos nahuas establecidos en la periferia de la región maya, por ejemplo en Xicalango. Su presencia habría de romper con el precario equilibrio en el que trataba de mantenerse el mundo teocrático, y fueron los putunes los que aprovecharon la caída de este orden para introducir una nueva forma de vida y de dominio sobre la región.
El territorio del que provenían los putunes era el delta de los ríos Usumacinta y Grijalva, una región de ríos, riachuelos, lagunas y pantanos en donde predominaba el transporte acuático. Esto hizo de los putunes unos excelentes navegantes y mercaderes, que controlaban las rutas marítimas comerciales alrededor de la península de Yucatán, desde la Laguna de Términos en Campeche hasta el centro de Sula en Honduras.
Los putunes se establecieron al sur del río de la Pasión y llamaron a su tierra Acalán ("lugar de canoas"). Fundaron dos poblaciones principales: Potonchan (Putunchan), situada en la desembocadura del río Champotón, e Itzamkanac, junto al actual río de la Candelaria que desemboca en la laguna de Términos. Itzamkanac era la capital de Acalán, pero tal vez fuera Potonchán la primera población. En efecto, ésta dominaba el comercio relacionándose con los zoques y con los habitantes de las tierras altas de Chiapas. En cambio, Itzamkanac estaba ubicada demasiado río arriba para llegar a ser un importante puerto de intercambio. De ahí que Xicalango, el gran centro comercial situado en la laguna de Términos y controlado por Itzamkanac, supliera esta función.
Establecieron numerosos puertos en esas rutas, entre los que destacan Cozumel, Xel-Há, Bahía de la Ascención y Polé (la actual Xcaret), en Quintana Roo, que fueron dominados por una rama de los putunes, a quienes se conoce como itzaes ("aquellos que hablan la lengua entrecortadamente").
Desde Polé los itzaes penetraron tierra adentro para conquistar Chichén en 918, y desde entonces tomo el nombre de Chichén-Itzá. Hacia el 950, dominaban toda la región oriental hasta Bakhalal (Bakalar) y Chactemal (Chetumal). Una vez controlada la zona, esta rama itzá de los putunes estableció comunicación con sus vecinos mexicanos del sur de Campeche. Se supone que los itzaes, —quienes hablaban tanto el chontal como el náhuatl y habían absorbido profundas influencias del centro de México— recibieron a Quetzalcóatl, llamado en maya Kukulkán. Éste había huido de Tula y se alió con los chontales para conquistar Chichén Itzá en 987. De esta época datan las influencias toltecas en el arte y la arquitectura mayas.
Es conveniente recalcar que autores como Enrique Florescano, Leonardo López Luján y Alfredo López Austin, ponen en duda que el Quetzalcóatl histórico haya llegado a Yucatán. En primer lugar, porque las fechas no coinciden. En segundo, porque similares argumentos presentaban los nobles mixtecos, tarascos y más tarde los mexicas para legitimar su posición en la estructura social. Tanto el mito Tollan y la de la huida de Quetzalcóatl, como las expresiones artísticas y la vocación eminentemente guerrera de las sociedades mesoamericanas del período Posclásico Temprano forman parte de un complejo muy extendido por toda la región en ese tiempo.
Hacia el año 1000, Chichén Itzá formó una alianza con los cocomes de Mayapán y los xiu de Uxmal. Dicha alianza es conocida con el nombre de Confederación o Liga de Mayapán, rota en 1194 por Hunacc Ceel, líder de los cocomes. Las hostilidades desembocaron en la derrota tanto de los itzaes como de los xiu. El auge de Chichén-Itzá y de sus gobernantes maya-toltecas terminó en caos hacia fines del siglo XIII. Los itzaes abandonaron su ciudad y se dirigieron a las selvas desiertas del Petén. Allí, en el lago Petén-Itzá, fundaron una nueva población localizada en la isla de Tayasal.
La supremacía de Mayapán llegó a su fin hacia 1441, cuando el líder xiu de Uxmal, Ah Xupan Xiu, la destruyó masacrando a la familia real cocom. Durante su apogeo, Mayapán llegó a tener hasta 12 mil habitantes. Era una ciudad fortificada, rodeada de una muralla de piedra. Se pueden ver en su arquitectura claras influencias toltecas.
En el este de la península, según señala Eric J. Thompson en su libro Los habitantes de la costa oriental de la península de Yucatán:
"Los putunes conservaron en su poder la región de Bakhalal y Chetumal durante el periodo de dominación de Mayapán [...] en la provincia de Uaymil se hablaba un dialecto parecido al campechano y, naturalmente los documentos de Paxbolón con su afirmación de que Chetumal pagaba tributo a los putunes acalanes."
Eric J. Thompson#GGC11C
Las crónicas mayas establecen claramente que los putunes conservaron su poder sobre la región de Bakhalal y Chactemal durante el periodo de la dominación de Mayapán (1200-1480) pero ni por eso abandonaron el dominio de su antiguo territorio al sur de Tabasco, sino que hicieron constantes viajes de ida y vuelta a Potonchán.
A la caída de Mayapán, la península de Yucatán se dividió en 16 pequeños estados, cacicazgos o provincias, cada uno con su propio gobernante. Entre estos cacicazgos existían rivalidades y guerras constantes, herencia de las luchas sin tregua entre los xiu y los cocomes. Esa era la situación reinante a la llegada de los primeros españoles.
En el Petén, Tayasal de los Itzaes, Zacpetén de los Ko'woj y Queixil de los Yalnain, fueron las últimas ciudades Mayas y mesoamericanas en ser conquistadas, en el 1697 DC, después de varios intentos fallidos, incluyendo unos de Hernán Cortés en 1542.




Organización política (gobierno)
En el período Clásico (290 al 909 dC), los gobernantes supremos recibían el título de K’inich (Rostro solar), Ahaw Te‘ (señor Árbol), Ch’ul Ahaw (Señor Sagrado) o Bakab (Sostenedor del Mundo). Otros nobles emparentados con él se llamaban Ahaw (Señor).
También había gobernantes de centros o ciudades secundarios, quienes eran llamados Sahl (Sahalo’ob en plural) y le rendían fidelidad al Ahaw Te‘.
Durante el clásico terminal (800 al 1000 d. C.) y posclásico temprano (909 al 1451 dC) hubo otra forma de gobierno en la península de Yucatán: el Multepal o gobierno confederado, cuyas ciudades hegemónicas fueron primero Chichén Itzá y después Mayapán. En el Multepal no hubo un solo gobernante, sino que el gobierno se ejecutaba por medio de varias personas a la vez, quienes se consideraban “hermanos”. Cada uno de los integrantes del consejo de gobierno (Multepal) recibía el título de Ah Tepal.
Después de la destrucción de Mayapán (1451) la península de Yucatán se fragmentó en 16 ó 17 provincias independientes llamadas Kuchkabal. Cada Kuchkabal tenía su capital, donde residía el Halach Wíinik (Hombre verdadero), quien tenía autoridad militar, judicial y política. Cada Kuchkabal se dividía en Batabilo ‘ob (Batabil en singular) que estaban regidas por funcionarios de alto rango. Llamados Batabo ‘ob (Batab en singular). Los Batab le rendían fidelidad al Halach Wíinik y a veces eran sus familiares. A su vez, Batabil estaba dividido en varias Kuchkteel o unidades residenciales. Esta unidad organizativa residía en un pueblo y estaba dividido en familias extensas. Sus líderes se reunían en un consejo para solucionar los asuntos de gobierno y, según parece, el Batab también formaba parte de ese consejo. Los consejos de cada Batabil estaban integrados por los representantes de los intereses de las familias: ah k’ ulo ‘ub (ah k’ ul en singular) y los representantes nombrados por el Batab: ah kuch cabo ‘ob (ah kuch kob en singular). Los kuchtabal de Hocaba y Calotmul no tenían Batabes, sino que el segundo nivel de gobierno era ejercido por los Holpop, funcionarios nombrados por las cabezas familiares de las kuchteelo ‘ob.
El Halach Huinic era el sumo sacerdote de cada kuchkabal. Le seguía en categoría el Ahaw Kan May o Ah K’in May. Los sacerdotes regulares se llamaban: ah k’in, los sacrificadores: ah nakom, los que profetizaban: chilan, otros sacerdotes de menor grado: chako’ob y en el Yucatán moderno son los hmen. Los líderes o capitanes guerreros se llamaban Nakom, aunque el Batab también tenía alto rango militar.
En las tierras altas de Guatemala, el gobierno quiché estaba a cargo de los Ah Pop y el gobierno de los cakchiqueles a cargo de cuatro funcionarios llamados Ago, aunque dos de ellos detentaban el poder verdadero: el Ahpotsots’il y el Ahpoxahil.
Organización social
La vida en los grandes centros urbanos del prehispánico debía ser tan compleja como lo es en las modernas ciudades de la actualidad. Lo que se sabe de los mayas nos hace pensar así. En el artículo "Los mayas" de Howard LaFay se puede leer que:
"Desapareció la imagen del hombre maya como primitivo agricultor pacífico practicando ritos religiosos esotéricos en la quietud de la selva. El resultado es un pueblo guerrero lleno de vida, en numeroso insospechado anteriormente, que usó técnicas agrícolas muy avanzadas. Y al igual que los vikingos a medio mundo de distancia, comerciaban e invadían con brío"

La sociedad maya estaba organizada sobre la base de una marcada estatificacion social, a la cabeza de la cual se encontraba la nobleza, los almenehoob ("los que tienen padres y madres"). Este grupo privilegiado monopolizaba el poder y la autoridad al ostentar los puestos políticos y religiosos. El gobernante supremo de la provincia era, como ya vimos, el Halach Uinik (o Halach Wíinik) en quien residía el poder absoluto sobre los asuntos terrenales y espirituales. Se le llamaba también Ahau; sus emblemas eran el escudo redondo y el centro en forma de figura antropomorfa con cabeza de serpiente. El cargo de Halach Uinik era hereditario dentro de una sola familia, y pasaba del padre al hijo mayor.
El Halach Uinik era, al mismo tiempo, el Batab o jefe local de la ciudad en la que vivía, y tenía bajo su mando al resto de los bataboob o jefes locales de las poblaciones que conformaban la provincia. Como jefe supremo, recibía tributo, convocaba a los guerreros y formulaba la politica.
En la guerra cada Batab comandaba a sus soldados, pero existía un comandante militar supremo llamado Nacom, que desempeñaba el cargo durante tres años y respondía directamente ante el Halach Uinik.
Después de los bataboob estaban los Ah Cuch Caboob, quienes administraban los barrios en los que se encontraba dividida la ciudad. Un cargo similar era el de los Ah Kuleloob, delegados que acompañaban al Batab, sirviéndole de ayudantes, portavoces y mensajero. Encontramos también a los funcionarios encargados de las cuestiones sociales y ceremoniales, llamados Popolna y Ah Holpop. Finalmente, la categoría más baja de funcionarios era la de los Tupiles, que hacían las veces de "alguaciles" o policias, manteniendo el orden y vigilando el cumplimiento de la ley.
El grupo de los sacerdotes, llamados genéricamente ahkincob (singular: Ahkin), tenía la misma categoría que los jefes o Bataboob. El "sacerdocio" también era hereditario y privativo de unas cuantas familias de la nobleza. El supremo sacerdote recibía el nombre de Ahuacán, que significa "señor serpiente". Sus actividades se relacionaban con el ritual, los sacrificios, la adivinación, la astronomia, los cálculos cronológicos, la escritura jeroglífica, la educación religiosa y la administración de los templos.
Debajo del Ahuacán estaban los sacerdotes llamados Chilames o adivinos, destinados a interpretar los designios que los dioses enviaban a los hombres a través de los oráculos. El encargado de llevar a cabo los sacrificios rituales y abrir el pecho de la víctima para sacarle el corazón era el Nacom, que no debe confundirse con el jefe militar a quien también se le llamaba así. Le ayudaban cuatro asistentes llamados Chacoob, quienes, además de sostener a la víctima, tenían otras funciones, como la de encender el fuego nuevo en el mes de Pop, ayunar y untar de sangre a los ídolos que recién se habían esculpido en el mes de Mol.
No hay duda sobre el lugar que ocupaban los mercaderes profesionales (Ppolom) en la escala social. Eran miembros de la nobleza, no sólo por descender de los navegantes putunes conquistadores de esa tierra, sino por tener en sus manos esa importante actividad económica. Así, el cronista Antonio de Herrera y Tordecillas en su Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme del mar océano señala:
"En esta tierra de Acalán, usaban hacer señor al más caudaloso mercader, y así lo era Apoxpalón, que tenía gran trato de algodón, cacao, esclavos, sal, oro, aunque poco y mezclado con cobre, y otras cosas; y de caracoles colorados, para atavíos de las personas, resinas y sahumerio para los templos y tea para alumbrarse, colores y tintas para pintarse en las guerras y fiestas y para teñirse par defensa del calor y del frío y de otras mercaderías que habían menester..."
Antonio de Herrera y Tordecillas
Por su condición de nobles, los mercaderes fueron aliados poderosos de los jefes militares, ya que les informaban sobre las rutas y las posibilidades económicas y defensivas de otros pueblos.
Aunque, en general, toda la tierra era propiedad comunal y pertenecía a los pueblos, los nobles tenían mayor acceso al producto de la tierra (los frutales, las plantaciones de cacao y las salinas), no la poseían ni la trabajaban: lucraban con el trabajo de los agricultores. Éstos recibían también el pago de tributos, consistentes generalmente en productos de la caza y la pesca, cultivos de la milpa, miel, mantas de algodón y servicio personal.
Debajo de este complejo estrato que era la nobleza, estaba el pueblo, la gente común llamada Yalba Uinikoob ("hombres pequeños"), Chemal Uinicoob, Memba Uinicoob o Pizilcan, todos ellos plebeyos. Estos nombres significan lo mismo que el término náhuatl Macehual, frecuentemente utilizado en la época colonial.
La "gente común" era la más numerosa y comprendía a los campesinos, pescadores, leñadores, aguadores, albañiles, artesanos, canteros, tejedores, cargadores, etcétera. El pueblo era el que cultivaba el maíz y producía los alimentos para sí mismo y para la clase noble. También era el que cortaba, cargaba, labraba y esculpía las piedras que conformarían los grandes edificios, el que construía las calzadas y los templos, el que decoraba sus fachadas con pinturas y mosaicos, y el que con su tributo en especie y en trabajo sostenía a la clase privilegiada.
Por debajo del pueblo se encontraba el último peldaño en la escala social: los esclavos, (ppentoc, masculino y munach, femenino). Eran, en su mayor parte, individuos capturados en la guerra o bien esclavizados por algún delito. También se podía nacer esclavo o convertirse en tal al ser vendido en el comercio o al quedar huérfano.